Mis manos te contarán historias olvidadas por los viejos, de constelaciones creadoras, de música marchita. Con el olor de la noche me dormiré y desde mi ventana te veré de lejos. Y te lo digo a ti; bailemos ensimismados en el otro, sin pensamientos, sin recuerdos, sin tiempo. Que la lluvia moje los pies, cansados de esperar, de noches solitarias y vagabundas. Que la bella sorpresa nos inunde, que la euforia nos aniquile.
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