De nuevo estoy ahí, el paisaje no me acompaña y me contradice todo el tiempo. Moscas se agitan sobre mi cabeza y limitan mi pensamiento. Todos caminan apurados hacia alguna parte mientras me quedo detenido viéndolos. Detenido en mi vida, detenido en mi mente, sólo acompañado de un par de canciones tristes y melancólicas. Y pienso en que estoy solo, mis zapatillas roídas, mis chalecos apolillados y yo frente a la inmensidad del mundo. Se me revuelve el estomágo y se me agitan las entrañas, y dentro de mi vuelve a despertar el odio generalizado, la miseria deshumanizada y el olor a podrido.